
En 1906 nace la primera asociación de personas sordas de España. En 1936, ya eran 15 las asociaciones de personas sordas, que con el impulso de Juan Luis Marroquín y Ángel Calafell, entre otros, crean lo que hoy conocemos como la CNSE. Y lo hacen con un propósito: construir unidad, esta palabra, este símbolo que nos caracteriza, y que ha hecho posible que las personas sordas nos acogiéramos unas a otras y conformáramos las asociaciones y, que a su vez, éstas se unieran alrededor de la CNSE, para juntas, luchar por "nuestra causa".

Con el comienzo de la democracia en 1978, surgen las federaciones autonómicas y comienza a establecerse la estructura actual de nuestro movimiento asociativo: asociaciones locales integradas en las federaciones autonómicas, y éstas en la CNSE, que a su vez se mueve y participa en Europa a través de la Unión Europea de Personas Sordas. Asimismo, recordar que muchos años antes, CNSE fue una de las entidades fundadoras de la Federación Mundial de Personas Sordas.

Tras más de 80 años de trayectoria, los proyectos de la CNSE han aumentado en número, impacto y fuerza, y podemos afirmar sin miedo a equivocarnos, que la red asociativa CNSE ha sido la mejor herramienta para conquistar y garantizar nuestros derechos, atender nuestras necesidades, y convivir en comunidad.