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4.3 Mediación intercultural

4.3.1 CONCEPTUALIZACIÓN

 

La mediación es un servir de intermediario en situaciones en las que no existe conflicto, sino más bien dificultad de comunicación. Es también una intervención destinada a poner de acuerdo, conciliar o reconciliar a personas, o partes.
Existen tres tipos de mediación:
La mediación “preventiva” es la que consiste en facilitar la comunicación y la comprensión entre personas con códigos culturales diferentes.
La mediación “rehabilitadora” es la que interviene en la resolución de conflictos de valores, entre los inmigrantes y la sociedad de acogida, o en el seno de las propias familias inmigrantes.
La mediación “creativa” consiste en un proceso de transformación de las normas, o más bien de creación de nuevas normas, nuevas acciones basadas en unas nuevas relaciones entre las partes.
Esta mediación pretende contribuir a una mejor comunicación, una mejor relación y una integración intercultural entre personas o grupos presentes en un territorio, y pertenecientes a una o varias culturas.

4.3.2 Pefil del mediador intercultural

 

Los rasgos de carácter general que tiene que cumplir el perfil del mediador intercultural son : ser mayor de 25 años, ser hombre o mujer dependiendo del colectivo con el que interactúe, que tenga vinculación al origen cultural del colectivo, que posea experiencia migratoria, y que lleve largo tiempo de residencia en la sociedad de acogida.

Respecto a sus habilidades, debe dominar instrumentos y procedimientos de: apoyo personal(empatía, relación de ayuda, escucha activa, comunicación,...); Animación de grupos y moderación de reuniones; Análisis de sistemas socioculturales; Negociación y resolución de conflictos interculturales; Información, sensibilización y difusión; Trabajo en equipo; Defensa de derechos e intereses (procedimientos de reclamación, interposición de denuncias,...); Acción social; Inmersión y toma de distancia con respecto a las distintas situaciones en las que interviene.

También debe saber: dominar la lengua de su cultura de origen, o de alguna lengua vehicular en su defecto, y la lengua de la sociedad receptora; debe tener conocimientos básicos sobre distintos modelos de desarrollo personal y relaciones interpersonales; asimismo debe conocer la migración y los movimientos humanos; también debe dominar conceptos sobre participación, organización y dinamización de grupos; es necesario que conozca básicamente el funcionamiento y los recursos de la sociedad mayoritaria y de los colectivos de inmigrantes, así como la legislación vigente de las sociedades de origen y receptora; y también se necesita que tenga conocimientos básicos sobre grupos sociales y su organización – tanto en origen como en el país receptor – así como la relación entre mayorías y minorías.

Su actitud frente al mundo debe ser abierta, creativa, imaginativa y de conocer y conocerse. Toma conciencia de lo que ocurre alrededor de él y acerca de sí mismo. No se cierra ante la realidad, siendo sincero y confiado en ella. Saca posibilidades de donde parece que no las hay.

Respecto a sí mismo debe ser honesto, sincero, valiente y modesto. No se engaña a sí mismo y hace siempre lo que tiene que hacer, sin objetivos ocultos ni dobleces; tiene ánimo y no se inhibe ante las dificultades. Tiene conciencia de su rol.Ante el otro debe tener una actitud cercana, de escucha activa, comprometida y solidaria. Es próximo y accesible a los demás, sabe ganarse la confianza y el respeto del otro, le comprende y le presta atención. Tiene ante sí una oportunidad de trabajar para la justicia.

En la relación debe mostrar interés por el otro, tener fe en los recursos y posibilidades del otro, así como aceptarlo tal y como es. Inclina su ánimo hacia el otro preocupándose por él y sus situaciones; hace de facilitador de las potencialidades del otro. Sabe que su visión del mundo no es la única, entiende y da valor a la visión del otro, respetándola aunque no la comparta.

Debe ser cooperativo, dejar participar y participar, negociador y conciliador. Actúa junto a los demás en el logro de los objetivos, se implica en el desarrollo de las tareas y abre espacios para la implicación de otros; busca acercar posturas y visiones del mundo distintas.

Sus ideas deben ser flexibles, tolerantes y respetuosas. No se considera en posesión de la verdad, acepta las posiciones de los demás, así como reconoce y tiene en consideración las opiniones y prácticas ajenas; pone atención y acepta lo que dice y hace el otro; reconoce los derechos ajenos al tiempo que hace valer los suyos.

También debe mostrarse sereno, coherente y equilibrado. Dice lo que hace y hace lo que dice, sabe situarse de modo apacible en los acontecimientos, apuesta por la moderación y la negociación en los conflictos; sabe armonizar las fuerzas opuestas en las situaciones, busca igualdad en las relaciones y es sensato a la hora de afrontar los hechos.

4.3.3 Cualidades del mediador intercultural 

 

El mediador intercultural debe ser responsable. Debe facilitar la comunicación entre las dos partes, no sustituye a otro profesional ni es un “brazo extensible”  de otro para llegar a donde éste no puede. Si se convierte en intermediario arrebata a las partes la posibilidad de construir una relación directa entre ellas.

Respecto a la confidencialidad, el mediador suele ser miembro de un colectivo ante el que tiene que responder y pertenecer a una entidad (doble fidelidad). El trabajo con un usuario no se comparte con otra persona aunque las normas que rigen la intimidad en las relaciones en el propio colectivo lo permitan otros contextos. Hay que encontrar fórmulas respetuosas, prudentes y sensibilizadoras para informar sin despreciar o transgredir los valores propios de su cultura.

En lo que atiende a la imparcialidad, el mediador no debe posicionarse a favor de los planteamientos o intereses de la entidad para la que trabaja, ni de lado de la persona inmigrada. Debe asegurar que ésta pueda tomar por sí mismo la decisión que mejor se ajuste a sus necesidades, intereses y particularidades.

Otra cualidad que debe poseer un mediador debe ser la cooperación. A veces los profesionales hacen demandas que no corresponden a la persona mediadora. El mediador tiene que reformular su enfoque y ajustarse a las múltiples posibilidades que éste ofrece, proponiendo acciones que favorezcan la colaboración entre los servicios profesionales y el colectivo inmigrante.

La persona mediadora no es un activista ni un defensor de los derechos de la población inmigrante. Tiene que ceñirse a intentar acercar las posturas de ambas partes en conflicto. No debe quedarse en una posición “neutra”, debe dinamizar y canalizar a la parte perjudicada hacia las redes de apoyo existentes en su comunidad.No puede presentarse ante las partes de manera confusa. Debe poner de manifiesto el interés que puede tener ser aceptado como tercero entre dos. Ha de saber expresar claramente cuáles son sus funciones y sus límites, nunca dando la impresión de ser la solución del problema.

4.3.4 Objetivos de la mediación intercultural

 

    Favorecer una educación en y por el pluralismo cultural desde la igualdad, el respeto y la diversidad.

  • Colaborar en la promoción de actitudes, conductas y cambios sociales que rechacen la discriminación cultural y desarrollen relaciones positivas entre las culturas.
  • Promover programaciones interculturales en las que se vean reflejadas las diferentes culturas para facilitar la comprensión y el diálogo entre ellas.
  • Colaborar en el uso de la lengua de signos, el lenguaje, oral y escrito, respetuoso con todas las culturas y que evite estereotipos y prejuicios.
  • Transmitir mensajes positivos a favor de la convivencia multicultural y de la diversidad
  • Divulgar los valores culturales propios de las personas inmigrantes y sus aportaciones a la sociedad de acogida.
  • Favorecer la convivencia, prevenir y resolver conflictos interculturales
  • Facilitar la formación del profesorado en el campo de la interculturalidad.
  • Colaborar en la organización de actividades que permitan y estimulen el respeto y la diversidad.
  • Fomentar que los docentes sean canales difusores de actitudes y valores interculturales.
  • Colaborar en la preparación de programas concebidos para mejorar el rendimiento escolar del alumnado extranjero.
  • Estimular la realización de actividades dirigidas al conocimiento mutuo de los alumnos de un mismo centro.
  • Estimular el desarrollo socioeducativo del alumnado extranjero en los centros docentes.
  • Fomentar la coordinación entre los centros docentes respecto a la atención educativa del alumnado extranjero.
  • Contribuir a la sensibilización de los padres extranjeros respecto al aprendizaje de los dos idiomas oficiales de la Comunidad Valenciana.
  • Favorecer la participación de los padres del alumnado extranjero en el Consejo Escolar del centro, las Asociaciones de Madres y Padres, las Asociaciones del Alumnado, etc.
  • Favorecer la realización de actividades conjuntas entre todos los sectores de la comunidad educativa.
  • Colaborar en las acciones interculturales que se desarrollen desde las Administraciones Locales y Entidades sin ánimo de lucro.
  • Inventariar la bibliografía y los recursos relacionados con la atención educativa del alumnado inmigrante y la interculturalidad, así como disponer de una relación infográfica de direcciones de Internet.
  • Elaborar una relación de las demandas más frecuentes, tanto por parte de los centros, como por parte de los usuarios (alumnado, familias, instituciones...), para facilitar la información y definir patrones de actuación.
  • Conocer los centros que desarrollan programas, proyectos o acciones de compensación educativa con alumnado extranjero, para facilitar respuestas adecuadas a las diferentes situaciones.

4.3.5  El proceso de mediación: fases y recomendaciones 

 

El mediador ha de tener en cuenta en todo momento aspectos en torno a la comunicación (como el lenguaje no verbal, calibración, sincronización,...) y aspectos en torno a la posición de “tercero entre dos” (retroalimentación con las dos partes, el tiempo en la traducción – interpretación, no suplantar a , ni identificarse con, ninguna de las partes, no interponerse entre las partes,...).

En la primera fase, presentación, ha de mantener “encuentros previos a dos”; preparar el “marco ambiental” mediante el espacio físico y la disposición del mobiliario...; presentar las partes explicitando quién es quién y para qué está cada uno; establecer las “reglas del juego”; y hacer que las partes expliciten sus intereses / objetivos (qué esperan del proceso de mediación).

En la segunda fase denominada nudo, se tiene que centrar prioritariamente sobre la relación entre las partes; hacer aflorar la información por ambas partes; asegurar la colaboración con ambos; equilibrar la participación y los tiempos de intervención de acuerdo a las características y necesidades de las partes; verificar que la comprensión e interpretación por las partes es correcta; reformular los posicionamientos, haciendo visible lo negociable y lo innegociable; ayudar a hacer explícitos los intereses comunes; y ayudar a identificar alternativas y opciones, así como sus consecuencias, para la construcción de un resultado con el que ambas partes obtengan ganancia( se sientan satisfechas).

En la tercera y última fase, desenlace, el mediador ha de explicitar la síntesis del proceso hasta el momento, y verificar la correcta comprensión de las alternativas propuestas, por las tres partes; tiene que invitar a tomar acuerdos y decisiones que garanticen su cumplimiento; y sellar los acuerdos de manera visible, a través de signos o símbolos.

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