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2.2 La Comunidad Sorda

2.2 La Comunidad Sorda

La Comunidad Sorda es el colectivo que participa de unos valores culturales y lingüísticos construidos en torno a la lengua de signos y a una concepción del mundo visual. La Comunidad Sorda está integrada por personas sordas y oyentes, de cualquier condición personal y social, que comparten el mismo legado lingüístico y cultural. 

2.2.1 Las personas sordas

En España hay un total de 1.064.000 personas sordas y con algún tipo de discapacidad auditiva (es decir, un 2,3% de la población total) según los datos recogidos por la encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) en su estudio “EDAD 2008”.

Las personas sordas son aquellas con una pérdida auditiva y que en su vida cotidiana encuentran barreras de comunicación (un entorno limitante) que a menudo le dificultan o impiden desarrollar sus capacidades y participar en la sociedad en igualdad de condiciones.

La sordera ha sido tradicionalmente analizada tan sólo desde un punto de vista patológico, considerando la enfermedad como único aspecto predominante que determinaba lo que es y necesita una persona sorda. Pero ceñirse a una particularidad sensorial es obviar una realidad, y ha provocado y provoca la marginación social, cultural y laboral de las personas sordas.

Una persona sorda es mucho más que un oído enfermo; es alguien que, con mayor o menor pérdida auditiva, cuenta con las mismas capacidades y con los mismos derechos que las demás personas ciudadanas, pero ha de enfrentarse a diario a multitud de barreras de comunicación que le impiden ejercer su plena ciudadanía.

2.2.2 Las lenguas de signos

A lo largo de la historia y por todo el mundo, las personas sordas han desarrollado de forma natural las lenguas de signos; una respuesta creativa a una limitación sensorial como la sordera. Ello ha dado lugar a la emergencia de unos valores culturales y lingüísticos fraguados en torno a la lengua de signos de cada país. Para un gran número de personas sordas su lengua materna es la lengua de signos, situando la lengua oral y escrita como segunda lengua.

En España, la lengua de signos ha sido durante muchos años un idioma proscrito. Prohibido en las aulas, la práctica totalidad de las personas sordas se han educado en colegios donde se prohibía su uso y han adquirido muy tarde una lengua con la que poder comunicarse, situación que ha afectado al desarrollo personal y la participación social de las personas sordas.

El Consejo de Europa, el 1 de abril de 2003, instó a sus estados miembros al reconocimiento oficial de las lenguas de signos como principal vía de integración social para el colectivo europeo de personas sordas. Actualmente, los países europeos que han reconocido sus respectivas lenguas de signos son: Finlandia, Dinamarca, Suecia, Reino Unido, Irlanda del Norte, Alemania, Portugal... y España, donde la gran reivindicación de la CNSE obtuvo sus frutos en 2007 con la aprobación de la Ley 27/2007, de 23 de octubre, por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas. 

El Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española (CNLSE) fue constituido el 21 de diciembre de 2010, en cumplimiento de la Ley 27/2007, por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas. El CNLSE es de carácter público y se encuentra integrado en el Real Patronato sobre Discapacidad.

Su misión es trabajar por la normalización de la lengua de signos española, actuando como un espacio de referencia y difusión que vele por su buen uso y contribuya a garantizar los derechos lingüísticos de las personas usuarias de esta lengua, e impulse acciones de investigación.

  • Cómo aprender la Lengua de Signos:

Existen cursos de Comunicación en Lengua de Signos, tanto española como catalana, que constan de tres niveles (inicial, intermedio y superior).

Estos cursos, dirigidos tanto a personas sordas como oyentes y a entidades que lo soliciten, se ofrecen en dos modalidades: presencial y online.

Para más información, puede acudir a la Federación o Asociación de personas sordas más cercana. También puede informarse en la Fundación CNSE.

2.2.3 Accesibilidad: la supresión de las barreras de comunicación

  • Las barreras de comunicación.

Son aquellos obstáculos, trabas o impedimentos que dificultan o limitan la libertad de acceso y comunicación de las personas que tienen limitada, temporal o permanentemente, su capacidad de relacionarse con el entorno mediante la audición y la lengua oral”.

Ejemplos: falta de subtítulos en la televisión, ausencia de intérpretes de lengua de signos en las distintas esferas de la vida pública y privada, etc.

  • La accesibilidad.

Es la disciplina que garantiza en la medida de lo posible que los medios estén disponibles para las personas, tengan o no discapacidades de un tipo u otro.

Medios humanos y materiales que permiten la accesibilidad a las personas sordas:

- Intérpretes de lengua de signos. 
Son profesionales que interpretan y traducen la información de la lengua de signos a la lengua oral y escrita y viceversa con el fin de asegurar la comunicación entre las personas sordas que sean usuarias de esta lengua y su entorno social.

Servicio de Video-interpretación (SVIsual) 
La video-interpretación en lengua de signos hace posible, tanto a personas sordas como a personas oyentes, comunicarse entre sí mediante la figura del video-intérprete de lengua de signos. Permite la comunicación a distancia y en tiempo real con otras personas sordas u oyentes, en la modalidad comunicativa que elijan. El horario de atención es de 8:00h a 20:00h de lunes a viernes (de 7:00h a 19:00h en las Islas Canarias) y de 11:00h a 19:00h los sábados, domingos y festivos (de 10:00h a 18:00 en las Islas Canarias).

Centro de intermediación telefónica para personas sordas

  • La persona sorda marca un número del Centro de intermediación en un terminal visual.
  • El/la operador/a recibe la llamada en su puesto de trabajo, e inmediatamente establece la comunicación con el número solicitado de la persona oyente.
  • A través del servicio se establece una comunicación telefónica entre la persona sorda y la oyente.
  • Servicio 24 horas ininterrumpidas y de cobertura nacional e internacional.

Contactos del centro de intermediación:

  • Oyente: 901 55 88 55
  • Fax: 901 51 50 11
  • SMS: 610 44 49 91
  • DTS: 901 51 10 10
  • DTS Urgencias: 900 211 112
  • Amper: 901 56 88 66

E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

2.2.4 Cómo comunicarse con una persona sorda

  • Existe la figura del intérprete de lengua de signos, que es la persona que puede intermediar en su comunicación con una persona sorda usuaria de la lengua de signos.
  • Existen varios medios de comunicación para ponerse en contacto con una persona sorda: correo electrónico, mensajes de texto del teléfono móvil, fax, carta, servicio de video-interpretación (SVIsual), centro de intermediación para personas sordas, etc.
  • Para establecer la comunicación con una persona sorda:
  • Se debe llamar su atención tocándole en el brazo, hombro, muslo (si ambas personas están sentadas) Nunca se debe tocar a una persona sorda en la espalda ni en la cabeza.
  • si el contacto no es posible porque hay bastante distancia, se puede llamar su atención de otras formas: moviendo el brazo dentro del campo visual de la persona sorda, golpeando fuerte el suelo o suave la mesa para que note las vibraciones y apagando las luces.
  • Durante  la conversación con una persona sorda:
  • La persona sorda debe estar en una situación estratégica desde la que tenga una perspectiva visual general del lugar en el que se encuentra, así como que éste sea luminoso, para que pueda ver bien.
  • Es importante que exista contacto visual con la persona sorda. No se debe circular ni pararse en sitios donde se interrumpa el contacto visual entre personas.
  • No hay que hablar ni muy deprisa ni muy despacio, se ha de vocalizar de forma clara sin exagerar, y hay que utilizar frases cortas o sencillas para la total comprensión de lo que se está diciendo.
  • Se ha de hablar sin obstaculizar la boca para que la persona sorda pueda leer los labios.
  • La expresión facial es un elemento de gran ayuda, así como los componentes que completan el discurso verbal: mimo, gestos, escritura, etc. En caso de que la persona sorda no entienda, hay que repetir lo dicho pero con otras palabras.
  • Se debe respetar la atención dividida de la persona sorda si se quiere que siga una explicación al completo. No hay que dar información a la vez que se señala algún estímulo visual, como un texto, una imagen o un objeto; hay que esperar a que la persona sorda lo haya acabado de mirar para continuar con la explicación. Y si se lee un texto, hay que procurar no bajar la cabeza para que se puedan leer los labios.
  • Según los restos auditivos de la persona sorda, quizá ayude el hecho de levantar la voz un poco. Pero no hace falta gritar, ya que hace perder expresión facial y además resulta inútil para aquellas personas sordas con pérdidas auditivas severas o profundas.
  • Se debe informar a la persona sorda acerca de la información acústica del entorno (alarmas, timbres, cláxones, etc.) para que no quede excluida de los mensajes dirigidos a una mayoría oyente.
  • Si son varias las personas que van a intervenir en la conversación, lo adecuado es colocarse en círculo ya que ello facilita la buena visibilidad.

Siempre se puede acudir a solicitar apoyo, orientación y asesoramiento a las Federaciones y Asociaciones de personas sordas, acerca del mejor modo de optimizar la comunicación según las diferentes particularidades de cada persona o grupo de personas sordas.

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